ARMANDO THIRIET KOENIG

 


Armando Thiriet Koenig: Un Ingeniero Visionario que Iluminó Sevilla

Armando Thiriet Koenig, nacido en Mulhouse, Francia, en 1882, en plena ocupación de Alsacia y Lorena por los alemanes, y fallecido en Sevilla en 1956 a la edad de 74 años, dejó un legado impresionante en el mundo de la ingeniería eléctrica.

Familia: Armando nació en una familia burguesa que incluía a sus padres y cinco hermanos. En un evento tan fortuito como un baile en la embajada alemana en Madrid, conoció a Josefina Zuza Fiale, originaria de Viena, con quien se casó ese mismo año. Su matrimonio les dio dos hijos, Clara, nacida en Viena, y Armando, quien siguió sus pasos como Ingeniero Industrial y más tarde dirigió la sucursal sevillana de AEG y enseñó en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla.

Formación: Suiza fue el escenario de su formación como ingeniero. Allí, adquirió los conocimientos y habilidades que le permitirían destacar en su futura carrera.

Inicios Profesionales: Una vez completados sus estudios, Armando trabajó en diversas empresas de renombre, siempre en el ámbito de la minería y la electricidad. Empresas como "Jules Rückert" y "Société d'Électricité Alioth" en Basilea marcaron el comienzo de su carrera prometedora.

AEG: En enero de 1914, Armando se unió a la prestigiosa empresa alemana de ingeniería eléctrica AEG en su sede central en Alemania, permaneciendo allí durante la Primera Guerra Mundial. En 1919, fue trasladado a Madrid como director de la sucursal en España de AEG.

Estancia en Sevilla: A principios de la década de 1920, Armando llegó a Sevilla con el objetivo de establecer una sucursal de AEG. El lugar elegido para esta empresa fue una casa-palacio en la Plaza de la Contratación. La única condición que impuso la dueña de la casa fue que el director viviera allí, y Armando lo hizo hasta su fallecimiento.

Durante su estancia en Sevilla, que se prolongó hasta 1931 cuando cesó en su cargo en AEG, Armando desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de Andalucía y Extremadura. Colaboró estrechamente con la Compañía Sevillana de Electricidad, supervisando la construcción de centrales eléctricas y la implementación de líneas de alta tensión, así como la supervisión de montajes en diversas instalaciones mineras en la provincia de Jaén.

Exposición Iberoamericana de 1929: Durante su tiempo en Sevilla, Armando tuvo un impacto significativo en la ciudad. Uno de los momentos destacados fue su contribución a la Exposición Iberoamericana de 1929, en la que AEG desempeñó un papel crucial. A Armando se le encomendó la tarea de iluminar lugares emblemáticos de la ciudad, como el Parque de María Luisa, los Jardines del Alcázar y la Plaza de España, incluida su icónica fuente central. Su talento en el diseño y la combinación de colores dejaron una huella imborrable en el evento.

Nuevas Actividades: En 1931, debido a dificultades económicas en España, Armando fundó su propia empresa, "Eléctrica Santa Clara", dedicada a la distribución de energía eléctrica. La empresa, que en la actualidad está en manos de sus nietos, ha sido fundamental en la transmisión de electricidad desde una caseta de Sevillana en Constantina hasta Las Navas de la Concepción, a través de líneas de alta tensión.

Relevancia Cultural: Armando Thiriet Koenig no solo destacó en el campo de la ingeniería, sino que también fue un humanitario comprometido. A pesar de su integración en la sociedad sevillana, nunca olvidó sus raíces. Junto a otros distinguidos franceses, fundó la "Société Française de Bienfaisance et de Enseignement" y las Escuelas Francesas en Sevilla, promoviendo la lengua y la cultura de su país y ayudando a compatriotas necesitados.

Ayuntamiento de Sevilla: Durante muchos años, colaboró estrechamente con el Ayuntamiento de Sevilla en la iluminación de lugares emblemáticos durante festividades y visitas de personalidades ilustres, dejando su huella luminosa en la ciudad..

El legado de Armando Thiriet Koenig perdura como un testimonio de excelencia profesional y humanidad, un hombre cuyo talento iluminó Sevilla y cuyo corazón generoso dejó una huella imborrable en la ciudad y sus habitantes.

Fuentes. Carmen Castilla Gordillo y Blog de la Exposición de 1929 J.J Cabrero

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