TOMÁS IGLESIAS PÉREZ

 

La biografía del abogado Tomás Iglesias Pérez, un apasionado defensor de los derechos laborales y político comprometido, puede concretarse en los siguientes términos.

Tomás Iglesias Pérez, un ilustre abogado laboralista, destacado político y apreciado profesor, nació en Conil de la Frontera, en la provincia de Cádiz, en el año 1949 y murió en Valencia en 1996 a los 46 años de edad. Su vida, aunque truncada prematuramente, estuvo marcada por un ardiente compromiso con la justicia, la lucha social y la restauración de las libertades democráticas en España, en un momento histórico en que el país estaba bajo la sombra del régimen franquista.

Familia. Proveniente de una familia numerosa, Tomás Iglesias fue el tercero de los siete hijos de Tomás Iglesias Romero, un respetado veterinario, y Prudencia Pérez González-Linares. Contrajo matrimonio con Isabel Real, y de esta unión nacieron dos hijos que, como él, dejarían su huella en distintos ámbitos: su hija María Iglesias, una destacada periodista y escritora, y su hijo Tomás Iglesias, un talentoso artista plástico.

Formación. La infancia de Tomás transcurrió en el acogedor entorno de Conil, pero su inquietud intelectual lo llevó a desplazarse a Cádiz para emprender sus estudios en el seminario diocesano. Sin embargo, su verdadera pasión se encontraba en el ámbito del derecho. En 1969, se trasladó a Sevilla para cursar la carrera de Derecho, una decisión que marcaría el inicio de una destacada trayectoria académica y profesional.

Docencia. A partir de 1979, Tomás Iglesias se involucró activamente en la docencia en la Universidad de Sevilla, comenzando por la impartición de clases-prácticas de Derecho del Trabajo en la Facultad de Derecho y posteriormente desempeñando el cargo de profesor asociado en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.

Política. Su activismo político floreció desde su época universitaria, donde participó en movimientos en defensa de los derechos estudiantiles. Identificado como un "jurista de izquierdas," se unió al Partido del Trabajo de España en 1973, ocupando diversas responsabilidades organizativas. Representó al PTE en los órganos unitarios de la oposición democrática en Andalucía, como la Junta Democrática y la Coordinación Democrática, y desempeñó un papel crucial en la elaboración de las bases del Estatuto de Autonomía de la región, colaborando estrechamente con Plácido Fernández Viagas, su primer presidente.

Su compromiso político se extendió a las elecciones generales de 1977 y 1979, donde se postuló como candidato al Senado y al Congreso. Además, encabezó una lista electoral en los primeros comicios municipales de Sevilla.

Publicaciones y divulgación. La labor de Tomás Iglesias no se limitó a la política y la docencia, sino que también incluyó un importante componente de divulgación y escritura. Bajo el seudónimo de Mario Díaz, publicó una serie de artículos de opinión en el periódico "El Correo de Andalucía" entre 1973 y 1975, los cuales fueron recopilados en el libro "Apostando a la democracia" en 1975. Estos textos, inicialmente firmados por diversos autores, revelaron la perspicacia y el compromiso de Iglesias en asuntos de relevancia política y social.

Abogado. Como abogado en ejercicio a partir de 1975, Tomás Iglesias se especializó en derecho laboral, representando a trabajadores tanto a nivel individual como colectivo ante diversos tribunales e instancias.

En la década de 1980, desempeñó un papel crucial como abogado de la acusación particular en el "caso Trebujena", un caso que implicaba el asesinato de un joven a manos de un guardia civil en la localidad gaditana de Trebujena. Su actuación ante el alto tribunal resultó en sentencias que hoy en día son consideradas pilares de la doctrina jurídica, especialmente aquellas relacionadas con la protección de derechos y libertades fundamentales en casos de despidos radicalmente nulos, sentando así un precedente de gran importancia.

Asociaciones. En 1982, Tomás Iglesias fue uno de los fundadores de la Asociación Derecho y Democracia, de la cual formó parte de su junta directiva de manera ininterrumpida y donde fue elegido presidente en más de una ocasión.

Cargos de representación. Su compromiso con el servicio público lo llevó a ser nombrado miembro del Consejo Consultivo de Andalucía en 1994, un reconocimiento a su dedicación y conocimiento en asuntos legales y democráticos. Sin embargo, ese mismo año, Tomás Iglesias recibió un diagnóstico devastador: cáncer linfático. A pesar de su valiente lucha, la enfermedad acabó prematuramente con su vida en 1996.

Premios y reconocimientos. Su legado perdura a través de los años, recordado y honrado por su incansable labor en la defensa de los derechos y la democracia. En 1996, la Asociación Derecho y Democracia, que él mismo fundó, le otorgó el prestigioso premio Plácido Fernández Viagas en reconocimiento a su valiosa contribución. En 1999, a propuesta de Izquierda Unida y con la unanimidad del Ayuntamiento de Sevilla, una calle de la ciudad llevó su nombre en homenaje a su legado. Además, durante un periodo en que Antonio Roldán, de IU, estuvo al frente del Ayuntamiento de Conil de la Frontera, un instituto en dicha localidad recibió su nombre en honor a su memoria. En 2016, la Universidad de Sevilla rindió homenaje a Tomás Iglesias Pérez en un emotivo acto conmemorativo, destacando su influencia duradera en la comunidad académica y política.

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