MANUEL RAMÓN ALARCÓN CARACUEL




Manuel Ramón Alarcón Caracuel, fue un destacado abogado, erudito, y catedrático de renombre, nació Sevilla en el año 1945, y murió en la misma ciudad en 2015, a la edad de 69 años.

En su dilatada trayectoria, alcanzó la distinción de Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en 1987 y más tarde, en 2010, accedió al puesto de Magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo.

Familia: En lo que respecta a su vida familiar, Manuel Ramón Alarcón Caracuel fue el quinto vástago y el único varón en el seno del hogar conformado por Manuel Alarcón y María Caracuel. En el año 1971, entrelazó su destino con el de Amparo Rubiales, quien en aquel entonces balanceaba la clandestinidad con su fulgurante carrera como actriz en el grupo teatral "Esperpento". De esta unión nacieron dos hijos, Ramón y Clara, aunque lamentablemente el matrimonio se desintegró en 1981. Poco después, encontró el amor nuevamente en María Luisa Amores, con quien compartió 27 años de vida y tuvo dos hijos más, Luís y Fernando. En su tercer enlace, unió su vida a la de Margarita de Aizpuru, hija de la célebre galerista Juana de Aizpuru.

Formación: En cuanto a su formación académica, completó sus estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla, donde coincidió en las aulas con figuras destacadas como Felipe González, Rafael Escuredo, José Antonio Griñán y José Rodríguez de la Borbolla. En 1968, obtuvo su Doctorado en Derecho en esta misma institución con una tesis titulada "El derecho de asociación obrera en España (1839-1900)".

Docencia: Su carrera docente comenzó en 1968 como profesor numerario de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla. Con el tiempo, avanzó desde el puesto de adjunto numerario hasta alcanzar el cargo de profesor titular en 1985. En 1987, logró la cátedra de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde permaneció hasta 1991. Posteriormente, se trasladó a la Universidad Pompeu Fabra, donde enseñó entre 1992 y 1994. Desde 1994 hasta 2010, ostentó la cátedra de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla y dirigió varias tesis doctorales.

Cargos de gestión universitaria: A lo largo de su carrera académica, desempeñó varios cargos de relevancia, incluyendo el de Vicedecano en la Facultad de Derecho, Vicerrector de Administración y Servicios en la Universidad Autónoma de Barcelona, y Decano de la Facultad de Derecho en la Universidad Pompeu Fabra. En la Universidad de Sevilla, donde posteriormente ejerció como Decano de la Facultad de Derecho. Durante su mandato en la Facultad de Derecho de Sevilla, modernizó los planes de estudio y supervisó el traslado a la nueva sede de la Pirotecnia, superando numerosos obstáculos y resistencias en el proceso.

Jurista: En el ámbito jurídico, su consagración llegó en febrero de 2010, cuando el Gobierno lo nombró magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo. Se destacó en su papel como magistrado al llevar el caso del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Coca-Cola, que resultó en la readmisión de los trabajadores de la embotelladora.

Laboralista: Como abogado laboralista, en 1976 fundó un bufete que se erigió junto al bufete de la calle Capitán Vigueras y catapultó a algunos de sus miembros a los pasillos del poder, llegando incluso a la Moncloa.

Militancia política: Desde sus años universitarios en la década de 1960, Manuel Ramón Alarcón Caracuel se destacó como un ferviente militante en el movimiento estudiantil de Sevilla, y durante los primeros años de la transición democrática en España, se postuló como candidato en las primeras elecciones democráticas de 1977 por el Frente de la Unidad de los Trabajadores, aunque no resultó elegido diputado.

Publicaciones y divulgación: Su influencia se extendió más allá de las aulas y los tribunales, ya que se convirtió en un prolífico autor, tanto individualmente como en colaboración con otros, y sus numerosos artículos académicos contribuyeron significativamente al campo del Derecho del Trabajo. Su legado perdura en sus publicaciones, donde defendió el principio pro operario y el estado de bienestar, conceptualizando esta rama del derecho desde una perspectiva constitucional basada en la lucha contra la desigualdad y la justicia social. Su obra literaria y jurídica dejó una huella imborrable en el ámbito del Derecho del Trabajo.


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