La biografía del guitarrista y compositor El Pali, puede concretarse en los siguientes términos:
El Pali, nombre artístico de Francisco de Asís Palacios Ortega, fue un destacado cantautor y compositor de sevillanas, nacido en Sevilla en 1928 y fallecido en la misma ciudad en 1988 a los 60 años de edad.
Con su distintiva voz, El Pali dejó una huella imborrable en el mundo del cante por sevillanas, estableciéndose como uno de los grandes en este género musical, donde su legado perdura en la historia.
Familia: Descendiente de José Palacios Percio, trianero del reconocido Corral de la Cerca-Hermosa, y Magdalena Ortega Miró, macarena y vinculada a la saga de los Gallos, conocidos toreros.
Inicios artísticos: Educado en el Colegio San Diego del Barrio de Santa Cruz, El Pali demostró desde joven su amor por las letras, siendo un ávido lector de los Hermanos Álvarez Quintero, Bécquer y Federico García Lorca. Durante sus vacaciones escolares, junto a amigos del barrio, realizaba representaciones teatrales al aire libre, llevando alegría a los vecinos. Su trayectoria comenzó en el diario ABC y más tarde colaboró en las labores portuarias con su padre.
Deportes: En su juventud, El Pali destacó como atleta, participando en campeonatos de atletismo y representando a Sevilla durante tres años en el campeonato de España. Además, disfrutaba del ciclismo y el fútbol, mostrando su versatilidad en diversas disciplinas deportivas.
Flamenco: A los 20 años, a pesar de la oposición paterna, incursionó en el cante flamenco, ganando numerosos premios como aficionado. A partir de 1950, formó parte de una compañía artística junto a destacados artistas, consolidándose como cantaor de flamenco. Sin embargo, fue en las sevillanas donde alcanzó la cima de su carrera.
Sevillanas: En 1968, grabó su primer disco de sevillanas con el grupo Los Rocieros del Quema. Un año después, su segundo y último disco con dicho grupo dejó para la posteridad inolvidables letras, como las que anunciaban la ausencia de cigarreras en la calle San Fernando. En 1970, lanzó su primer álbum en solitario, con ocho sevillanas cofradieras y cuatro fandangos de Huelva, logrando un éxito rotundo que lo catapultó a la fama como "El Trovador de Sevilla". Su creatividad se tradujo en más de 20 discos y más de trescientos títulos, estableciendo récords en el género.
Reconocimientos honoríficos: A lo largo de los años, El Pali recibió merecidos reconocimientos, como ser nombrado Vecino de Honor de su barrio en 2007. En 2010, el escritor Antonio Ortega dedicó un libro a su memoria titulado "El Último Trovador". Post mortem, el Ayuntamiento de Sevilla le otorgó la medalla de la ciudad en 2014, seguida por la Medalla de Oro de la Provincia de la Diputación de Sevilla en 2016. En 2018, el pleno municipal aprobó la colocación de un monumento en su honor, financiado por sus seguidores a través de una suscripción popular. El Pali, con su gracia y genialidad, sigue siendo recordado como un ícono indiscutible del cante por sevillanas.
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