Mercedes de Velilla



Mercedes de Velilla y Rodríguez, ensayista, dramaturga y poetisa. Nació en Sevilla en 1852 y murió en Camas (Sevilla) en 1918 a los 65 años de edad.

Fue una de las escritoras más representativas del movimiento literario de Andalucía en la segunda mitad del siglo XIX. Como era habitual en esos tiempos la poesía de Mercedes, como la de tantas otras autoras, cayó en el olvido, pese a su importancia.

La nota fundamental para conocer la vida de Mercedes, se halla en el prólogo que escribió Luis Montoto en el libro póstumo de Velilla publicado por acuerdo del Ayuntamiento de Sevilla.

Familia. Nació en el seno de una familia acaudalada y con gran vocación literaria. Hija del procurador José de Velilla y Pons, de ascendencia navarra, y de María de los Dolores Rodríguez, y hermana del gran poeta y dramaturgo José de Velilla, uno de los dramaturgos más fecundos de la segunda mitad del siglo XIX sevillano. Murió soltera.

Formación. A lo diez años” ya leía algunas composiciones ante escogidos auditorios, y desde entonces se reveló como poetisa genial y de altos vuelos, no obstante su natural modestia. Tuvo una formación en básica en colegios y academias en Sevilla. A través de ella se constata la dificultad de las mujeres españolas de su época para recibir una educación de calidad que les permitiera la independencia económica y la autonomía vital.

Inicios literarios. Desde que era una niña destacó en los círculos literarios de la ciudad en los que se movía su familia, incluso en su casa tuvieron lugar gran parte de esas tertulias

Empezó a colaborar con diferentes publicaciones periódicas, la mayoría orientadas a las mujeres y ganó con 21 años el premio de honor de la Exposición Bético-Extremeña (1872) cuando publicó su primer y único libro de poemas titulado “Ráfagas”.

Durante su juventud trabó amistad con la también sevillana Concepción de Estevarena, poeta que a pesar de la cortedad de su vida, dejó una obra fundamental en la producción literaria femenina del siglo XIX. Pero la abrupta y temprana muerte de Estevarena, fallecida en Jaca de tuberculosis (1877), privó a Velilla de un apoyo fundamental.

Teatro. En 1876, estrenó en el teatro Cervantes de Sevilla, la obra “El vencedor de sí mismo”, cuadro dramático en un acto y en verso, que había escrito animada por Pedro Delgado, conocido actor de la época y amigo de su hermano José, que interpretó el personaje de Garci Pérez de Vargas.

Pobreza. Sus creaciones literarias se fueron haciendo más esporádicas, hasta casi desaparecer, cuando fallece su padre (1877), y más tarde su hermano (1904), que le obligan a cuidar de su madre y de su hermana enferma. La falta del sostén familiar le lleva a vivir un destino de estrecheces económicas que Montoto describe así: “Se hundió la casa, y sobre sus ruinas se alzó la pobreza con su lúgubre cortejo de apremios, esquiveces e ingratitudes”.

Solo la intermediación de sus amigos, Montoto entre otros, ante el ayuntamiento de Sevilla que le asignó una pensión de cien pesetas mensuales para dedicarse a investigaciones literarias, le evitó vivir una vejez de penalidades.

Premios. En 1876 la Real Academia de las Buenas Letras de Sevilla, le otorgó el primer premio en el concurso organizado con ocasión de la efeméride de Miguel de Cervantes. Posiblemente se trate del texto que se conserva en la Real Academia Española con ese nombre, fechado en 1874.

Reconocimientos honoríficos. Cuando falleció a instancias de Luis Montoto, el ayuntamiento de Sevilla le distinguiría con la rotulación de una calle con su nombre en el centro de la ciudad.




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