José Luís Rodríguez Caso

 


José Luís Rodríguez Caso. Ingeniero, militar y sevillano de gran prestigio. Nacido en Sevilla en 1867, falleció en Sevilla en 1927 a los 60 años de edad sin poder contemplar la inauguración en 1929 la Exposición Iberoamericana por la que tanto había trabajado.

Familia

Sus padres se llamaban, José Rodríguez Pérez y Manuela Caso y Ardana

Trayectoria militar

Su vida militar se inició a los 17 años cuando ingresó en la Academia de Artillería, y acabó siendo nombrado General de Brigada en 1927 unos meses antes de fallecer.

Su primer destino como teniente fue en el 1er Regimiento de Cuerpo de Ejército en Sevilla, lugar en que desarrolló la mayor parte de su carrera militar junto a algunas estancias cortas en otros destinos.

Siendo coronel, participó de forma activa en la campaña de Marruecos de 1925 al mando del 3º Regimiento de Artillería, especialmente en la columna del coronel Manuel González Carrasco, alcanzando el empleo de general de brigada en marzo de 1927 y falleciendo ese año en Sevilla.

Trayectoria como Ingeniero

En 1896 obtuvo el título académico profesional de ingeniero industrial del Ejército para que pudiera ejercer la carrera en trabajos particulares. Ingresó en la Pirotécnica Militar de Sevilla para encargarse del 2º Grupo de Talleres del citado establecimiento fabril, un destino que ocupó en varias ocasiones a lo largo de su carrera militar.

Al año siguiente, concretamente el 29 de marzo de 1897, fue nombrado por R. O. para formar parte de una comisión designada para reconocer y recibir de la casa Keller & Cia, de Hirtenberg Austria, seis millones de cartuchos Mauser, partiendo el 6 de abril y pasando el 4 de mayo, una vez terminada la comisión, a Alemania. En el país germano se puso a las órdenes del coronel Guillermo Reinelein y Sequera, agregado militar a la embajada de España en Berlín, para reconocer y recibir la maquinaria Mauser y otros efectos que la Pirotecnia de Sevilla tenía contratados con las casas Deutsche Waffen- und Munitionsfabriken, domiciliada en Karlsruhe (ducado de Baden) y Armaturen-fabrik de Herr Polte, en SudenburgMagdeburg, siendo autorizado a visitar también la fábrica de Mr. Krupp, establecida en Essen, y estudiar la fabricación de espoletas, llegando a tal conocimiento que escribió un amplio y reconocido estudio sobre ellas en 1897

De regreso a Sevilla el 30 de junio, continuó haciéndose cargo de la Pirotécnica de Sevilla, asistiendo en octubre a Madrid para analizar y verificar los resultados de las espoletas experimentales a doble efecto de 15 y 25 tiempos, al mismo tiempo que se encargó de la Habilitación de la Plana Mayor de Artillería de la 2ª Región hasta 1900.

En 1899 fue recompensado por la instalación en la Pirotécnica de Sevilla de la fabricación de la cartuchería de guerra para fusil Mauser, modelo 1893, y a mediados de ese año se le confirió una comisión de servicio desde junio a noviembre para reconocer y recibir la maquinaria contratada por la Pirotécnica con las casas alemanas Max Hasse & Comp. y Ludwig Loewe & Comp., de Berlín.

Por todos esos servicios recibió diversas felicitaciones y recompensas, obteniendo en agosto de 1901 una licencia por asuntos propios de dos meses para viajar desde el 7 de octubre por Francia, Austria, Alemania y Bélgica.

En 1919 fue enviado en comisión de servicio a Madrid para instalar el material que se enviase desde la Pirotécnica de Sevilla a la exposición que se celebró de manera simultánea al Congreso Nacional de Ingeniería.

Otras iniciativas

Aparte de sus dotes como ingeniero, hay que realzar una destacada integración y compromiso con la sociedad sevillana. De esa forma, por Real Orden de 30 de enero de 1893 fue premiado por el Ministerio de Estado para la Cruz de Carlos III, como gracia especial, por la participación que tuvo en los festejos del IV Centenario del Descubrimiento de América, celebrados con gran brillantez en 1892, en presencia de S. M. la Reina Regente.

La revista “La Construcción Moderna”, consideró que tenía merecido cualquier muestra de gratitud tras poner su talento, actividad y profundos conocimientos al servicio de una idea tan loable y arriesgada como era el establecer una industria nueva en la provincia y muy poco conocida en España. Continuaba la revista exponiendo que Rodríguez Caso recibió el premio de honor en la Exposición de productos sevillanos de 1905, pues en el soberbio edificio, construido expresamente para esa industria, la producción era inmejorable, como demostraba su creciente exportación de artículos de cristalería, botellas, depósitos para aceites, alcoholes, etc., llegando a fabricar preciosidades en vidrios planos, azulejos, vidrio opalizado, revestimientos y pisos.

Fábrica de vidrios La Trinidad

El entonces comandante Rodríguez Caso había fundado con otros socios la fábrica de vidrios La Trinidad, cuyo encargado era su cuñado Rafael Giménez de Aragónguada, uno de los integrantes que registraron en 1905 al Sevilla FC, y que, en aquella época, jugaba los partidos en un gran corralón de la citada fábrica. Es más, el propio Rodríguez Caso fue presidente honorario de otro equipo de fútbol, el Hispalis F. B. Club.

Guerra de Independencia

Dentro de las diversas recompensas que recibió sobresale una de 1908: la cruz de 2ª clase del Mérito Militar con distintivo blanco en premio a sus trabajos por enaltecer las glorias de la Patria con motivo de las fiestas patrióticas organizadas en Sevilla en conmemoración del Centenario de la Guerra de la Independencia.

España en Sevilla

Rodríguez Caso, siendo ya uno de los personajes más reconocidos de la sociedad sevillana, organizó un festival artístico que recibió el nombre «España en Sevilla», celebrado en la primavera de 1908 y cuyo acto más significativo tuvo lugar en la Maestranza de la capital andaluza con un homenaje a la bandera el 30 de abril, llegando a promoverse una colecta para regalar una espada al organizador de la fiesta .

Exposición Iberoamericana

El éxito lo animó a plantear a diversas autoridades sevillanas la posibilidad de realizar una exposición iberoamericana, idea que fue secundada de manera mayoritaria por los políticos de la época y de la propia población sevillana, lo que no sirvió para que el proyecto, planteado inicialmente para 1914 y para el que fue nombrado comisario general, no viera la luz hasta 1929, siendo reconocida su labor con la dedicación de una avenida con sus apellidos dentro del parque de María Luisa.

Academia Politécnica Sevillana

Junto a Ildefonso Gómez de Santiago ocupó también la dirección de la Academia Politécnica Sevillana en la calle Cervantes, la cual tenía por objeto el estudio de carreras especiales, tanto civiles como militares, y las universitarias de Derecho y Ciencias, a la par que preparar el ingreso en las carreras castrenses.

Fuente:

Enrique Gallego Lázaro

Academia de las Ciencias y las Artes Militares

Sección de Diccionario Biográfico Militar.

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