JUAN DE OVIEDO

La vida y obra de Juan de Oviedo y de la Bandera, un destacado arquitecto, escultor e ingeniero militar nacido en Sevilla en 1565 y fallecido en Salvador de Bahía, Brasil, en 1625 a la edad de 59 años, es una narrativa rica en logros y contribuciones significativas al mundo del arte y la ingeniería.

Orígenes y Formación: Hijo del renombrado escultor abulense Juan de Oviedo, conocido como "El Viejo," y sobrino del igualmente influyente escultor Juan Bautista Vázquez, apodado "el Viejo," Juan de Oviedo y de la Bandera comenzó su viaje profesional en el mundo del arte bajo la tutela de su tío. Aquí, sus habilidades como escultor y retablista comenzaron a florecer. En 1586, logró alcanzar el estatus de maestro escultor, entallador y arquitecto, marcando así el inicio de una carrera prometedora.

Carrera Profesional: El talento y la destreza de Juan de Oviedo lo llevaron a ser nombrado Maestro Mayor del Ayuntamiento de Sevilla en 1603, una posición de gran prestigio y responsabilidad.

Logros Arquitectónicos: Su primera incursión en la arquitectura fue la creación del túmulo para las honras fúnebres en memoria de Felipe II en la Catedral de Sevilla en 1598. Esta obra, considerada efímera, recibió elogios de Miguel de Cervantes y contó con la colaboración del famoso imaginero Martínez Montañés. En 1611, participó en la construcción del túmulo para la reina Margarita de Austria.

Juan de Oviedo también dejó su huella en la arquitectura religiosa, diseñando los retablos de Azuaga (Badajoz, 1588), Cazalla de la Sierra (1592) y el de la iglesia del Salvador en Sevilla (1601).

Contribuciones como Ingeniero Civil y Militar: Además de su destacada labor en el ámbito artístico, Juan de Oviedo también se distinguió como ingeniero civil y militar. Lideró importantes proyectos, como el encauzamiento del río Guadalquivir, implementando sistemas de desagüe por husillos para prevenir inundaciones y trabajos relacionados con el suministro de agua y la restauración de edificios, incluyendo el Ayuntamiento de Sevilla.

En 1600, fue nombrado ingeniero militar y desempeñó un papel crucial en la construcción y mejora de fortificaciones en Andalucía, incluyendo torres vigías en la costa, como Puerto Real, El Puntal y Matagorda. Además, contribuyó al diseño de murallas y baluartes en Almería, así como a la inspección y mejora de fortificaciones en Navarra y Guipúzcoa.

Obras Emblemáticas: Una de sus obras más destacadas es la Iglesia y el Convento de Nuestra Señora de la Merced, hoy conocido como el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La construcción de esta obra maestra comenzó en 1602 y se completó en 1612. En ella, Juan de Oviedo demostró su maestría como arquitecto, creando espacios de estilo manierista de gran elegancia. Los claustros, la monumental escalera y la iglesia de una sola nave con su bóveda de cañón son ejemplos notables de su talento.

Legado y Trágico Final: La influencia de Juan de Oviedo se extendió más allá de las fronteras de Sevilla. En Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz, diseñó la Iglesia de la Merced basándose en las trazas de Alonso de Vandelvira, con modificaciones posteriores.

En 1625, fue asignado como ingeniero militar en la Armada de Felipe IV y se unió a una expedición para recuperar Salvador de Bahía, Brasil, que estaba ocupada por los holandeses. Su misión era reconstruir y fortificar la ciudad una vez recuperada. Trágicamente, mientras replanteaba una batería en San Benito, recibió un impacto de cañón que le costó la pierna y la vida, falleciendo a los 59 años de edad.

La figura de Juan de Oviedo y de la Bandera perdura como un símbolo de excelencia en la arquitectura, la escultura y la ingeniería militar, dejando un legado duradero en la historia del arte y la ingeniería en España. Su contribución a la belleza y la funcionalidad del entorno construido sigue siendo una fuente de inspiración y admiración hasta el día de hoy.




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