Diego de Riaño: Renovador de la Arquitectura Renacentista en Sevilla
Diego de Riaño, un distinguido arquitecto del Renacimiento, nació en la localidad cántabra de La Trasmiera en las postrimerías del siglo XV, aunque la fecha exacta de su nacimiento permanece en la penumbra. Su vida culminó en Valladolid en 1534, mientras supervisaba la culminación de una destacada obra en la Colegiata de Valladolid.
Riaño alcanzó renombre principalmente como el arquitecto maestro detrás del icónico edificio que alberga el Ayuntamiento de Sevilla. En su obra, fusionó con maestría el estilo gótico con las influencias renacentistas, marcando así un hito en la evolución arquitectónica de la ciudad.
Su formación fue sólida y se forjó como cantero en el taller de la catedral de Sevilla, donde trabajó bajo la tutela de Juan Gil de Hontañón, al menos desde 1517.
La contribución arquitectónica de Diego de Riaño en Sevilla fue de vital importancia, llegando a ser considerado por el erudito Alfredo Morales como el "renovador de la arquitectura sevillana del quinientos". Su labor coincidió con un período de floreciente actividad económica, gracias al comercio recién establecido con América.
Fue precisamente debido a la creciente importancia de Sevilla, convertida en el Puerto de Indias, que se decidió erigir una nueva sede para el cabildo municipal, en concordancia con su nuevo estatus.
Proyectos: Entre sus proyectos más destacados se encuentra la Catedral de Sevilla, donde fue nombrado maestro mayor en 1528. Aquí, Riaño culminó obras previamente iniciadas por otros, incluyendo las capillas de alabastro del coro. La Sacristía de los Cálices, inicialmente intervenida por Alonso Rodríguez y Hontañón, fue replanteada por Riaño en 1530, destacando por sus columnas acanaladas y ventanas elípticas, auténticas innovaciones en la arquitectura sevillana. La Sacristía Mayor, sin elementos góticos previos, demostró su maestría al emplear una estructura centralizada y una decoración clásica, marcando el inicio de la arquitectura religiosa renacentista en Sevilla.
Otro logro sobresaliente fue el Ayuntamiento de Sevilla, conocido como las Casas Capitulares. Desde 1527 hasta su fallecimiento en 1534, Riaño lideró la construcción de este edificio, un ejemplo destacado de la arquitectura renacentista española. El edificio se caracteriza por su lenguaje clásico, ornamentado con grutescos y una rica iconografía, así como su basamento, composición y proporciones cuidadosamente diseñadas. En su interior, el Apeadero y la Sala Capitular destacan por su soberbia bóveda artesonada con figuras de reyes.
Diego de Riaño también dejó su huella en numerosas iglesias fuera de Sevilla, incluyendo Aracena, Arcos de la Frontera, Aroche, Carmona y Encinasola, aunque la evolución y reforma de estos templos a lo largo del tiempo dificultan evaluar su contribución. Su trabajo en la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción en Osuna es notable, con una portada central que muestra notables similitudes con su estilo.
Tras su fallecimiento, Juan Sánchez y Martín de Gainza continuaron sus obras en el Ayuntamiento y la Catedral, respectivamente. En reconocimiento a su legado, la ciudad de Sevilla honra su memoria con una calle que lleva su nombre.
La vida y obra de Diego de Riaño siguen iluminando el patrimonio arquitectónico de España, recordándonos su talento y contribución al Renacimiento en Sevilla.
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