Hermanos Alvarez Quintero



Hermanos Álvarez Quintero es el nombre artístico por el que son conocidos los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Ambos nacieron en la localidad sevillana de Utrera, Serafín nació en 1871 y Joaquín en 1873 y ambos murieron en Madrid, Serafín en 1938 a los 67 años de edad y Joaquín en 1944 a los 71 años de edad.

Fueron ambos poetas, narradores, periodistas, académicos, pero, sobre todo, comediógrafos. Los hermanos Alvarez Quintero son exponentes principales de un teatro popular, costumbrista, basado en el sainete, el género chico o la comedia.

Una de sus peculiaridades es que escribieron toda su obra al alimón; incluso tras la muerte de su hermano mayor, Joaquín continuó firmando en nombre de ambos su producción literaria.


Relevancia


Los Álvarez Quintero formaron un tándem literario fuera de lo común. Cosecharon extraordinarios éxitos tanto en los escenarios como en los radioteatros de la naciente radiodifusión.
Fueron un dúo estrechamente ligado y compenetrado, no solo por los vínculos de sangre, sino también por la literatura y por sus apariciones personales.

Escribían juntos, saludaban juntos desde las candilejas tras sus estrenos y asistían juntos a las tertulias al uso.

Pero los “hermanos de oro” del teatro español, que escribieron más de 200 títulos entre sainetes, comedias, dramas y zarzuelas, que triunfaron llenando teatros durante casi medio siglo y no conocieron fracasos, tuvieron también irreconciliables detractores.

Se les ha criticado la superficialidad de muchos argumentos, sin crítica social ni conflicto, reflejando una Andalucía falsa y dulzona.

Pero lo compensan con el dominio del movimiento escénico, el fiel reflejo de costumbres y con un hondo sentimiento de humanidad. Utilizaron las diversas hablas populares andaluzas, pero siempre con equilibrio y elegancia; nunca cayeron en la chabacanería ni en exageraciones ridículas en la pronunciación.


Familia


En 1878 se trasladó la familia a vivir de Utrera a Sevilla donde su padre era representante comercial y maestro de esgrima.


Formación


El primer colegio al que asistieron fue el de San Lorenzo de la capital hispalense y de ahí pasaron al Instituto San Isidoro, frente al Teatro Cervantes donde estrenaron su primera obra Esgrima y amor, en 1888 cuando Serafín contaba a la sazón 17 años de edad y Joaquín 15.


Madrid


En 1889 la familia Álvarez Quintero se trasladó a Madrid. Serafín y Joaquín lograron unos modestos empleos como escribientes en el Ministerio de Hacienda. Aquel mismo año consiguieron estrenar su obra Gilito, pero en los años siguientes no consiguieron volver a representar.

Escribían sin cesar, “lo imitábamos todo, lo intentábamos todo, lo admirábamos todo, anhelosos, torpes, vacilantes, husmeando y buscando nuestro camino”. Hasta cuarenta y cuatro obras de estos años permanecen inéditas.. Al fin les llegó el éxito con el estreno de El ojito derecho en 1897 y La buena sombra en 1889.


Trayectoria artística


A partir de sus primeros éxitos fueron evolucionando hacia la comedia de costumbres.

Preferentemente escribieron comedias, pero también algún drama, algunas zarzuelas, y sobre todo piezas cortas, los entremeses, que llegaron a ser casi tan populares como sus obras mayores en extensión.

Especialmente recordados son: Las flores (1901), El genio alegre (1906), Malvaloca (1912), Puebla de las mujeres (1912), Las de Caín (1908) y Mariquilla Terremoto (1930).

En total escribieron cerca de doscientos títulos, algunos de ellos premiados. Su última obra conjunta fue La Giralda, zarzuela de José Padilla. Colaboraron en varios periódicos y revistas tanto de España como de Hispanoamérica.


Franquismo


El teatro de los Álvarez Quintero, debido a causas ajenas a sus autores, fue utilizado durante la dictadura franquista como divertimento (sobre todo sus obras cómicas) y se llegó a hacer un uso abusivo del gracejo sevillano y andaluz que perjudicó la imagen de sus autores. María Guerrero, Margarita Xirgu, Lola Membrives, Leocadia Alba, María Barrientos y Carmen Díaz fueron algunas de sus intérpretes.


Estilo


Su estilo teatral es ágil, con diálogos fluidos y animados. Dotados de un ingenio y gracia singulares, fueron maestros en la caracterización de tipos populares, y en crear situaciones reflejo de las costumbres de la época.

Los hermanos Álvarez Quintero ensayaron todos los géneros teatrales de moda: entremeses, juguetes, sainetes, libretos de zarzuela, apropósitos, pasos de comedia, pasillos, comedias con diferentes actos -en uno, en dos, en tres y en cuatro- y algún drama.
Muchas de sus piezas son de naturaleza costumbrista, describiendo el modo de ser de sus nativas tierras andaluzas, pero dejando al margen la visión sombría y miserable de las lacras sociales; su Andalucía es la de la luz y la del colorido; su ideología era tradicionalista.
El lenguaje de sus piezas es un castellano depurado y elegante pasado por el tamiz fónico del habla andaluza; sus chistes son finos y de buen gusto, sin llegar nunca a la chabacanería; con ello estilizaron e idealizaron el género chico; abunda la gracia y la sal y hay una genuina vis cómica.

Fueron maestros en el diálogo, que fue siempre vivaz y gracioso.

Dramáticamente no aportan ninguna novedad sustancial técnica ni estructuralmente, pero depuraron el andalucismo.

Sin embargo nunca pasaron más allá en su crítica social, que se detiene en el ternurismo y en lo melodramático; se trata en suma de comedias burguesas que ofrecen una visión idealizada y amable de Andalucía que no inquiete al espectador medio; la alegría de vivir acalla cualquier atisbo de conflicto dramático. Es esta alegría de vivir la que salvó el teatro de los hermanos Quintero de los implacables críticos.


Cine 


En los años treinta su arte se aprovecha en el cine, creando varios guiones para las películas de Estrellita Castro, y después con el franquismo, en la oleada de “cine folklórico” que llenó las pantallas patrias de los años cuarenta y cincuenta. Títulos muy conocidas de su producción son El genio alegre, Malvaloca, Las de Caín, Puebla de las mujeres… 


Olvido 


El declive de asistentes al teatro -y más aún a la zarzuela, y a los anacrónicos entremeses, sainetes, etc.- y el gusto cambiante del publico, han arrinconado a unos indiscutibles triunfadores de la primera mitad del pasado siglo XX. Sus apellidos aún siguen siendo conocidos, pero no así su obra que, a pesar de adolecer de una cierta superficialidad, posee una construcción elegante y poética, y una gran riqueza de términos y giros empleados en Andalucía.


Academias


- Fueron miembros de la Real Academia de la Lengua Española.

- Pertenecieron a la sevillana Academia de Buenas Letras.


Reconocimientos honoríficos

  • Premio de la Real Academia a la mejor comedia del año Los Galeotes

  • En 1907 fueron condecorados con la Cruz de Alfonso XII.

  • Fueron nombrado hijos predilectos de Utrera y Sevilla y adoptivos de Málaga y Zaragoza.

  • Sus Obras completas se editaron en Madrid: Fernando Fe y Espasa-Calpe, 1918-1947, en cuarenta y dos volúmenes.

  • Sus obras fueron traducidas a muchos idiomas y se representaron en las más apartadas latitudes y sus autores gozaron de innumerables homenajes.
    -Azorín escribió de ellos lo siguiente:“Los Álvarez Quintero han traído al arte dramático -y esa es su originalidad- un perfecto equilibrio entre el sentimiento individual y el sentimiento colectivo, entre la persona y la sociedad”. Azorín resaltaba, además, el empleo de la bondad como ingrediente positivo de toda la obra de los escritores sevillanos.

  • Luis Cernuda, afirmaba que en los Álvarez Quintero era muy aguda la observación de la realidad, y deliciosa la representación dramática, solamente viciada, en ocasiones, por el optimismo pueril y apriorístico con que pretendían idealizarla.

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