FEDERICO RUBIO Y GALÍ



    Federico Rubio y Galí, médico, cirujano, profesor, político y académico. Nació en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María (Cádiz) en 1827 y falleció en Madrid en 1902 a los 75 años de edad. Desarrolló una parte de su vida profesional en Sevilla y fue el impulsor de la actual Facultad de Medicina de Sevilla.

    Formación. 
Estudió bachillerato y posteriormente medicina, en la Universidad de Cádiz, fue un alumno brillante y acabó la carrera en 1850 y durante sus estudios ejerció de ayudante de disector y antes de terminar la carrera publicó un libro titulado “Manual de Clínica Quirúrgica”.

    Médico. 
Inició su actividad profesional en Sevilla y en 1850 opositó a la plaza de primer cirujano del Hospital de Sevilla, pero debido a su militancia en el partido demócrata y la publicidad dada a sus ideas revolucionarias determinarán que se le niegue la plaza a pesar de sus brillantes ejercicios, pese a estos inconvenientes pronto consigue gran fama como cirujano y 'una gran popularidad entre las clases humildes que le valen la aureola de ser considerado el médico de los pobres'.

    Política. 
Sus inquietudes intelectuales le llevaron a relacionarse con los personajes más progresistas de Sevilla encabezados por el catedrático y filósofo Federico de Castro Fernández, su ideario político lo dejó plasmado en el libro que publicó en 1864 titulado “El Ferrando”. Su militancia política se consagró cuando en 1869 y 1971 fue elegido diputado por Sevilla encabezando la candidatura republicana. En 1873 fue nombrado por la República embajador en Londres pero como fracasó la República y el gobierno inglés no la había reconocido no pudo tomar posesión del cargo.

    Exilio. 
Participó en la conspiración contra el Gobierno de Narváez y como fracasaron le obligaron a exiliarse en Londres y París, circunstancia que aprovechó para seguir perfeccionando sus técnicas como cirujano al trabajar con eminentes cirujanos de esos países y recibir sus enseñanzas.

    Regreso a Sevilla. 
El triunfo de la revolución de 1868, y tras su regreso a Sevilla, favoreció la implantación de nuevas técnicas quirúrgicas que había aprendido en el exilio. De esta manera realizó la primera ovariotomía y la primera extirpación de matriz que se realizaron en España, así como la histerectomía, nefrectomía y la extirpación completa de laringe

    Escuela Libre de Medicina y Cirugía. 
A petición suya, las autoridades revolucionarias locales sevillanas, crearon la Escuela Libre de Medicina y Cirugía, y un laboratorio de Histología. La escuela contó con cátedras y especialidades propias de la cirugía y fue el verdadero origen primigenio de la actual Facultad de Medicina de Sevilla. 

    Docencia. 
En esta escuela, Federico Rubio impartió a sus alumnos los conocimientos y práctica que tenía sobre cirugía. En Madrid fue profesor en la Escuela Libre de Medicina y Cirugía que había creado Pedro González de Velasco. En 1900, fue nombrado profesor honorario del Real Colegio de Cirujanos (Royal College of Surgeons) de Londres.

    Institución Libre de Enseñanza. 
A su regreso del extranjero fijó su residencia en Madrid, donde también consiguió gran éxito como cirujano. Continuó relacionándose con los personajes intelectuales más progresistas de la época como Francisco Giner de los Ríos, y la Institución Libre de Enseñanza.

    Instituto de Terapéutica Operatoria. 
En 1890 se creó bajo la dirección de Federico Rubio el Instituto de Terapeútica Operatoria en el Hospital de la Princesa de Madrid, con el objeto de impulsar la enseñanza de las especialidades quirúrgicas, que ha sido la institución renovadora más importante y la que más ha perdurado de las fundadas por aquella época. En el seno de esta institución se formó años más tarde la Escuela de Enfermería de Santa Isabel de Hungría, que fue la primera escuela para enfermeras laicas en España y que inició la moderna enfermería en España.

    Publicaciones y divulgación. Aparte de su implicación en organismos e instituciones renovadoras Federico Rubio fue uno de los mejores cirujanos de la época y publicó numerosos estudios de su especialidad en Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas y Manual de Clínica Quirúrgica, además de varios libros sobre medicina, temas gaditanos y memorias, para que fuesen conocidos por las nuevas generaciones de médicos.

    Academias. 
Fue elegido académico de la Real Academia de Medicina, versando su discurso de ingreso sobre la “hemostasis”.

    Reconocimientos honoríficos
  • En 1900, fue nombrado profesor honorario del Real Colegio de Cirujanos (Royal College of Surgeons) de Londres.
  • Se le concedió el título de “Príncipe de la Cirugía"







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