La biografía de Rafael Manzano Martos es un testimonio impresionante de su destacada carrera como arquitecto, docente, historiador del arte y conservador de monumentos. Nació en Cádiz en el año 1936. Su vida se ha tejido con los hilos de la excelencia académica y una pasión inquebrantable por la preservación del patrimonio arquitectónico.
Familia. Su padre, Rafael Manzano Trujillo, era gerente de Comercial Ferretera Andaluza, ubicada en Jerez. Su madre se llamaba María Luisa Martos Lalanne. Estuvo casado Concepción Pérez Montes y tuvieron dos hijos, Julia María (Arquitecta) y Miguel Ángel (Fotógrafo).
Formación: Desde temprana edad, Manzano se destacó en su formación académica en el Colegio de San Juan Bautista, en Jerez de la Frontera. Sin embargo, su verdadero destino se manifestó cuando ingresó a la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde recibió una beca de la Fundación Carmen del Río de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su perseverancia lo llevó a obtener el título de Arquitecto en 1961, seguido de su doctorado dos años después.
En Madrid, Manzano tuvo el privilegio de ser discípulo del renombrado arquitecto e historiador Fernando Chueca Goitia. Trabajó en su estudio, lo que le permitió ampliar su formación como restaurador e historiador del arte y la arquitectura. Además, colaboró activamente en la Escuela de Estudios Árabes, donde cultivó su interés por la historia y la arqueología islámica.
Inicios profesionales: Al concluir su formación, Rafael Manzano se unió al Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional del Ministerio de Educación en calidad de Arquitecto. En esta función, lideró proyectos de restauración en diversos monumentos históricos en toda España, demostrando su compromiso con la preservación del legado cultural del país. También desempeñó un papel fundamental en el Servicio de Ordenación de Ciudades de Interés Artístico Nacional.
Docencia: Su dedicación a la docencia lo llevó a iniciar su carrera como profesor en la Escuela de Arquitectura de Madrid. En 1966, ganó por oposición la Cátedra de Historia General del Arte en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Dos años después, obtuvo una nueva cátedra en Historia de la Arquitectura y del Urbanismo, así como Teoría y Técnica de la Restauración de Monumentos en la misma institución.
Manzano compartió su vasto conocimiento a nivel internacional, impartiendo cursos sobre restauración de monumentos en la Universidad Nacional Autónoma de México y en varias ciudades italianas, incluyendo Roma y Nápoles. También participó en programas académicos de verano en Santander y El Escorial. Su legado en la enseñanza se coronó con su jubilación como profesor emérito.
Cargos de gestión: Durante su tiempo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, ocupó diversos cargos directivos, incluyendo el de Director desde 1974 hasta 1978. Además, desempeñó un papel fundamental en la creación de la Escuela de Arquitectura de Granada.
Alcázar de Sevilla: Un capítulo fundamental en la vida de Rafael Manzano fue su dirección del Alcázar de Sevilla, desde 1970 hasta 1988. Bajo su liderazgo, se realizaron importantes descubrimientos arqueológicos, como el Palacio Doméstico de al-Muwarak y la restauración de los Patios del Asistente, de Levíes, del Crucero, del Sol, del Alcaide, del Yeso y de las Doncellas.
Otras responsabilidades: Además, su compromiso con la preservación del patrimonio lo llevó a formar parte del Real Patronato de la Alhambra y del Generalife, donde presidió la comisión de obras.
Manzano también dejó una huella imborrable en las ruinas de la ciudad Califal de Medina Azahara en Córdoba, donde sirvió como Director-Conservador desde 1975 hasta 1985. Sus contribuciones al Salón Rico, la Dar al-Yud, el Salón Occidental y otros importantes sitios arqueológicos son un testimonio de su habilidad como restaurador.
Su carrera como restaurador de monumentos abarca toda España, incluyendo proyectos en Castelló de Ampurias, Mondoriedo, Lérida, Tarazona, Santiago de Compostela, Sevilla, Huelva, Málaga y muchas otras localidades. En la provincia de Sevilla, su trabajo también dejó una marca profunda, consolidando y restaurando monumentos en Santiponce, Marchena y Osuna.
Arquitecto: Rafael Manzano, además de su destacada carrera en el ámbito público, fue un arquitecto privado de renombre. Fundó el Estudio de Arquitectura Rafael Manzano, desde el cual se llevaron a cabo proyectos de iniciativa pública y privada, incluyendo edificios, hoteles, colegios, museos y viviendas privadas en diversas ciudades españolas.
Investigación y divulgación: Su pasión por la investigación y la divulgación se refleja en una serie de publicaciones notables, como "La Alhambra: El Universo Mágico de la Granada Islámica" (1992), "El hombre y el agua en la Geografía y en la Historia de España" (1995), "Arte y Arquitectura en la Vivienda Española" (1996) y "Historia de las Técnicas Constructivas en España" (2000). Manzano también compartió sus conocimientos a través de cursos y conferencias en diversos países, consolidando su reputación como un experto en arquitectura medieval e islámica.
Academias: Su dedicación y contribuciones sobresalientes a la arquitectura y la restauración de monumentos le valieron el reconocimiento en prestigiosas academias, como el Deutsche Archeologische Institut de Berlín y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Además, fue honrado como Académico Numerario en la Academia de Buenas Letras de Sevilla en 1982, ofreciendo un discurso memorable titulado "Poesía y vida literaria en los Reales Alcázares de Sevilla".
Premios y Honores: Entre los numerosos premios y honores que recibió Rafael Manzano, destacan el
Premio Shiller de Restauración de Monumentos en 1980
En 2010, se convirtió en el primer arquitecto español en recibir el prestigioso Premio Richard H. Driehaus. Este reconocimiento llevó a la creación del Premio Rafael Manzano Martos de Arquitectura Clásica y Restauración de Monumentos en España en 2012, un tributo a su dedicación a la defensa del patrimonio y las tradiciones arquitectónicas españolas.
A lo largo de su vida, Manzano también fue galardonado con la Medalla de Oro de las Bellas Artes Españolas,
el Título de Comendador con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio,
la Medalla de Plata del Ayuntamiento de Osuna,
la Medalla de Honor del Instituto de Academias de Andalucía
el título de Hijo Predilecto de Cádiz en 2011.
En 2019, la Real Academia de Bellas Artes de Granada lo distinguió con su Medalla de Honor,
en 2021 recibió la Medalla Pro Ecclesia et Pontifice.
Su destacada trayectoria se vio reafirmada en 2022 con el V Premio Federico Joly.
Rafael Manzano Martos, con su compromiso incansable con la preservación del patrimonio arquitectónico y su contribución inigualable al campo de la arquitectura y la restauración, ha dejado un legado perdurable que seguirá inspirando a generaciones futuras. Su vida y obra son un testimonio elocuente de la grandeza de la arquitectura española y su rica herencia cultural.
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