La vida y legado del ingeniero alemán Otto Engelhardt se entrelazan con la historia de dos países, Alemania y España, en un período tumultuoso marcado por conflictos y cambios políticos. Nacido el 7 de agosto de 1866 en la ciudad alemana de Braunschweig, su vida culminó trágicamente el 14 de septiembre de 1936 en Sevilla, donde fue víctima de la violencia desatada por el ejército sublevado del general Queipo de Llano, a la edad de 70 años y en medio de una grave enfermedad. Tras su ejecución, sus logros y contribuciones fueron relegados al olvido.
Familia: Contrajo matrimonio con Anna Holtz, con quien tuvo dos hijos.
Formación: La formación de Otto fue en el campo de la ingeniería, donde destacó por su dedicación y conocimiento.
Inicios profesionales: Inicialmente, desarrolló su carrera en la compañía AEG en Berlín y posteriormente asumió el cargo de director en la Strassenbahn und Electrizitätswerke en Anhalt.
Estancia en Sevilla. El destino lo trajo a Sevilla en 1894, cuando se estableció la Compañía Sevillana de Electricidad S. A., con participación mayoritaria de la empresa alemana AEG y el Deutsche Bank. Otto asumió la dirección técnica de esta empresa, y desde entonces, Sevilla se convirtió en su hogar hasta su trágica muerte. En sus primeros años, la compañía se centró en la provincia de Sevilla, y más tarde, Otto también se convirtió en director de la Compañía de Tranvías de Sevilla.
Relevancia: Un momento destacado en su vida fue cuando, como director de la Compañía de Tranvías, lideró la decoración de un coche motor y varias jardineras que se pusieron en servicio en 1909 para recaudar fondos destinados a los heridos de la campaña en Melilla, durante la Guerra de Marruecos.
Cónsul de Alemania: Además de sus logros empresariales, Otto Engelhardt desempeñó un papel importante como cónsul honorífico de Alemania en Sevilla desde 1903 hasta su renuncia el 23 de diciembre de 1919. Durante la Primera Guerra Mundial, se destacó al evitar un intento de sabotaje por parte de un oficial de la Armada alemana.
Sanavida: En la última etapa de su vida, Otto fundó el laboratorio Sanavida en San Juan de Aznalfarache, que comercializó medicamentos como Nervidin, Neocrom y Epivomin, utilizados para tratar la epilepsia, el insomnio, los vómitos provocados por el embarazo y trastornos nerviosos en general.
Principios éticos: Su compromiso con sus principios éticos se evidenciaron en su rechazo al nazismo, que lo llevó a devolver al Gobierno alemán todas las condecoraciones que había recibido después de la Primera Guerra Mundial en junio de 1931. En 1932, la República española le otorgó la nacionalidad española, un gesto que fue muy apreciado por los sevillanos y que él valoraba profundamente.
Publicaciones y divulgación: Otto Engelhardt fue un colaborador frecuente del periódico "El Liberal" de Sevilla, donde expresó sus opiniones y mantuvo su postura contraria al fascismo incluso cuando Hitler llegó al poder y le presionaron para que dejara de publicar artículos de esta naturaleza.
Pacifismo: Destacó también por su solidaridad con los perseguidos, brindando apoyo a emigrantes alemanes a partir de 1933, cuando Hitler asumió el poder. A pesar de ser vigilado e investigado por el consulado alemán en Sevilla y la embajada alemana en Madrid desde enero de 1929 hasta diciembre de 1935, Otto se mantuvo fiel a sus principios pacifistas y republicanos.
Asesinato: Su vida llegó a su fin con la sublevación militar que desencadenó la Guerra Civil española. Fue detenido por las fuerzas del general Queipo de Llano y ejecutado el 14 de septiembre de 1936, debido a su abierta manifestación de ideas liberales y pacifistas. Su legado perdura en su foto vestido de cónsul, que preside el salón familiar, y en los nombres de su bisnieto y tataranieto.
Reconocimientos: Su valiosa contribución fue reconocida por los trabajadores de la Compañía Sevillana, que le rindieron homenaje en 1910 por sus logros en la dirección técnica y administrativa. Además, en 1911, el rey Alfonso XIII le otorgó la medalla de Isabel la Católica en reconocimiento a sus acciones relacionadas con los heridos de guerra.
Otto Engelhardt, un hombre de honor y valentía, vivió y murió defendiendo sus principios y valores, dejando una huella imborrable en la historia de Sevilla y España. Su legado perdura como un recordatorio de la importancia de la integridad y la valentía en tiempos de adversidad.
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