La vida y legado de Félix Escrig Pallarés, arquitecto, doctor y catedrático, se entrelazan como un río sereno que fluyó a través de las décadas, marcando un camino de excelencia y dedicación en el mundo de la arquitectura. Nació en Castellón en el año 1950 y, murió en Sevilla en 2013, a la edad de 63 años. Fue en esta ciudad andaluza donde se forjó su destino, y donde dejó una profunda huella que perdura hasta el día de hoy.
Formación: Desde sus primeros pasos en el mundo académico, Félix Escrig Pallarés demostró una pasión inquebrantable por la arquitectura y una sed insaciable de conocimiento. Se graduó como arquitecto y luego se embarcó en una aventura académica que lo llevó a alcanzar el título de Doctor en Arquitectura con su tesis titulada "Pandeo de paraboloides hiperbólicos", defendida en la Universidad de Sevilla en 1980.
Docencia: Su amor por el aprendizaje y el compromiso con la excelencia académica lo condujeron a ocupar la cátedra de Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de Estructuras en la prestigiosa Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla (ETSA), donde dejó una marca imborrable en la formación de futuros arquitectos.
Cargos de Gestión Universitaria: Durante un largo período, desde 1989 hasta 2001, asumió la responsabilidad de dirigir la ETSA, liderando con visión y sabiduría una institución educativa clave en la formación de arquitectos.
Proyectos: No solo se destacó en el ámbito docente, sino que también dejó su huella en proyectos innovadores que contribuyeron al desarrollo de Sevilla. Entre sus obras más destacadas se encuentran las pérgolas diseñadas para la Expo 92, que proporcionaron espacios sombreados y acogedores a los visitantes de ese importante evento.
Félix Escrig Pallarés también fue un visionario en el campo de las estructuras móviles y desplegables, y en el momento de su partida estaba trabajando incansablemente en la organización de un congreso internacional sobre esta apasionante materia, que se llevaría a cabo en la Universidad de Sevilla.
Premios: Su incansable búsqueda de la excelencia y sus contribuciones a la investigación en el campo de las estructuras transformables y textiles fueron reconocidas por el Colegio de Arquitectos de Andalucía, que le otorgó el prestigioso Premio Emilio Pérez Piñero. Este premio reflejó no solo su extensa carrera, sino también su dedicación incansable a la arquitectura y su influencia en las generaciones futuras de arquitectos.
Félix Escrig Pallarés dejó un legado imborrable en la arquitectura, la academia y la comunidad de Sevilla. Su pasión por la arquitectura, su búsqueda constante de la excelencia y su compromiso con la innovación continúan inspirando a todos aquellos que tienen el privilegio de conocer su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario